¿Sabías que en nuestro intestino habitan bacterias que nos brindan salud? Puede que suene como una contradicción, pero cada vez se conoce más sobre su importancia y sobre el uso de “probióticos” que apoyan su crecimiento.
Los probióticos son medicamentos o alimentos “vivos”. Esto quiere decir que contienen microorganismos que llegarán a nuestro intestino para apoyar el crecimiento de especies beneficiosas ¿Quieres conocerlos? Aquí te los presentamos.
Puntos clave
- La “flora intestinal” es el conjunto de microorganismos que habitan naturalmente en nuestro intestino. Uno de los componentes más importantes de esta “comunidad” son las bacterias intestinales.
- El daño de la flora intestinal puede traer muchos problemas de salud como malestar gastrointestinal, diarrea, estreñimiento e incluso enfermedades que afectan el resto de nuestro cuerpo.
- Los probióticos son medicamentos o alimentos capaces de transportar microorganismos vivos al interior de nuestro intestino. Así, es importante elegirlos correctamente y saber cuándo los necesitamos.
Todo lo que debes saber sobre los probióticos
Los microorganismos que habitan nuestro intestino viven en “armonía” con el resto de nuestro cuerpo. Esto se debe a un proceso denominado “mutualismo”, donde ellos aportan grandes beneficios a nuestra salud mientras nosotros les damos un hogar y alimento.
Para conocer a estos aliados mucho mejor, vamos a adentrarnos en el mundo de los probióticos.

¿Qué son los probióticos?
Los probióticos son alimentos o medicamentos que contienen microorganismos (hongos y en especial bacterias) beneficiosos. Además, estos son los responsables de mantener una flora intestinal saludable, que vive en sincronía con el resto de nuestro cuerpo (1, 2).
A continuación conocerás un poco más sobre todo lo que estos pequeños aliados pueden hacer por ti.
Beneficios de los probióticos
La disminución de colonias bacterianas beneficiosas puede ser el origen de diferentes problemas de salud, en especial alteraciones gastrointestinales.
Los probióticos son capaces de devolverle a nuestro intestino ciertas poblaciones de bacterias y otros microorganismos “buenos” capaces de ayudarnos a mantener nuestra salud en general.
Sin más preámbulo, te daremos un pequeño vistazo sobre todos los beneficios que los probióticos te pueden ofrecer (2):
Órganos y sistemas | Posibles efectos |
Sistema digestivo | Prevención y tratamiento de diarreas por antibióticos (3, 4) Prevención de infecciones intestinales (5) Mejoría de condiciones digestivas (síndrome de intestino irritable, enfermedad de Crohn) (6, 7) Alivio de los síntomas de la intolerancia a la lactosa (8, 9) |
Cerebro | Mejoría de alteraciones del ánimo y ciertas condiciones psicológicas (10) |
Corazón | Prevención de acumulación de colesterol LDL o “malo” (11) Reducción de la presión sanguínea (12) |
Sistema inmune | Fortalecimiento del sistema inmune (13, 14) |
A pesar de todos estos beneficios, no debes consumir probióticos para tratar por tu cuenta condiciones de salud. Estos medicamentos deben ser supervisados y recetados por tu médico de cabecera.
Bacterias “probióticas” y bacterias dañinas
Existen ciertas bacterias beneficiosas que se incluyen en suplementos y alimentos probióticos. Así, estas especies de bacterias se han relacionados con los múltiples beneficios que hemos mencionado con anterioridad (15, 16):
- Bifidobacterium
- Lactobacillus
- Streptococcus thermophilus
- Bacillus coagulans
- E. coli no patogénica
Sin embargo, no todas las bacterias son buenas para tu organismo, ya que existen algunas que pueden generar graves enfermedades y no deben confundirse con los probióticos. Entre las bacterias “dañinas” se encuentran:
- E. coli hemolítica
- Clostridium perfringens
- Campylobacter
- Listeria
Estas bacterias “dañinas” pueden provenir de alimentos mal lavados o mal conservados y cuando consumes comidas con las manos mal lavadas o utensilios sucios.

Alimentos con probióticos
Los alimentos que contienen probióticos son capaces de estimular el crecimiento y la diversidad de las bacterias intestinales “buenas”.
Puedes conseguirlos en comidas muy conocidas como el yogur o los pepinillos encurtidos y también en deliciosas opciones más «exóticas» como las mencionadas a continuación (17, 18, 19):
- Kéfir de leche: producto lácteo que se parece al yogur.
- Té de kombucha: té verde o negro fermentado con discos SCOBY (acrónimo en inglés para colonia simbiótica de bacterias y levaduras).
- Natto: semillas de soya fermentadas.
- Tempeh: soya fermentada en forma de pastel.
- Chucrut: repollo fermentado.
- Miso: pasta de soya fermentada con sal, arroz o cebolla.
Evita los alimentos pasteurizados o encurtidos, ya que en estas formas usualmente las bacterias han sido eliminadas.
Si quieres preparar tus propios alimentos con probióticos, asegúrate de seguir las técnicas apropiadas, ya que existe la posibilidad de que se “infecten” con hongos y bacterias dañinas.
¿Cuál es la diferencia entre un prebiótico y un probiótico?
Los probióticos son las bacterias “vivas” que provienen de alimentos y suplementos para apoyar el crecimiento y mantenimiento de nuestra flora intestinal.
Por su parte, los prebióticos son el “alimento” que llega al intestino para ser aprovechado por las bacterias beneficiosas.
Los prebióticos usualmente son fibras alimentarias, que no se absorben en el tracto digestivo y llegan prácticamente intactos al intestino grueso. Los más comunes son (18, 19):
- Almidones resistentes: que puedes conseguir en plátano verde y avena.
- Inulina: común en el ajo, cebolla, puerro, espárrago, agave, piña y trigo.
- Pectina: la puedes encontrar en zanahorias, frijoles, uvas, manzanas, ciruelas y moras.
- Oligofructosacáridos: abundante en cebollas, puerros, ajos, alcachofas, nabos y espárragos.
- Betaglucanos: contenidos en la levadura de cerveza, cebada, avena y setas.
- Galacto-oligosacáridos: presentes en la leche materna.

¿Quiénes no deberían consumir suplementos con probióticos?
A pesar de que los probióticos aportan grandes beneficios a muchos individuos, estos deben usarse con especial precaución por personas que podrían desarrollar efectos indeseados a raíz de su consumo. Entre estas poblaciones tenemos:
- Inmunodeprimidos: son individuos con un sistema inmune debilitado. Entre estos están las personas que padecen de VIH o enfermedades autoinmunes como el Lupus, la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple.
- Niños y lactantes: en los menores de edad nunca se deben administrar probióticos a menos que sea indicado por su pediatra.
- Mujeres embarazadas y ancianos: a pesar de que en muchas ocasiones se recomienda el uso de probióticos en estas poblaciones, su consumo se debe vigilar cercanamente por el médico de cabecera.
Consejos para elegir los mejores probióticos en suplementos
Si quieres elegir el probiótico perfecto para tu salud, es importante saber qué buscar. Es por esta razón que te queremos dar los consejos más importantes para que encuentres justo lo que necesitas.
Busca una buena cantidad de Unidades Formadoras de Colonias (UFC)
Las Unidades Formadoras de Colonias son la cantidad de bacterias vivas que contiene el probiótico.
Es importante que busques un probiótico que contenga entre cien y mil millones de UFC (20). Así, en combinación con los factores que mencionaremos más adelante, existen mayores posibilidades de que tus bacterias aliadas lleguen a su destino.

Escoge suplementos con revestimiento entérico
Muchos suplementos están recubiertos de una “barrera” que los ayuda a enfrentarse a los ácidos estomacales para transportar a tus bacterias “amigas” sanas y salvas al intestino. Esto es lo que se conoce como el revestimiento entérico.
Además, esta barrera protectora podría facilitar la supervivencia de las cepas bacterianas cuando entran en contacto con condiciones ambientales adversas, desde el momento en que salen de la fábrica hasta que llegan a tus manos.
Comprueba la durabilidad y conservación de los suplementos
Los probióticos son suplementos susceptibles a muchos factores que los pueden dañar. Es por esto que debes asegurarte de seguir las siguientes prácticas:
- Si tu suplemento requiere refrigeración, asegúrate de que no haya perdido su temperatura óptima durante su transporte y almacenamiento
- Revisa que no haya alcanzado su fecha de vencimiento
- Conserva los suplementos como los indique el fabricante
- Solo compra productos de fuentes confiables

Si sigues una dieta especial, verifica tu producto
Antes de comprar cualquier suplemento, es importante preguntarte primero si se adapta a tus necesidades, restricciones y estilo de vida.
Si padeces de cualquier alergia o sensibilidad alimentaria, debes consultar de antemano a tu médico y farmacéutico para encontrar un probiótico que te vaya como anillo al dedo.
En otros casos, si sigues una dieta vegana o vegetariana los probióticos no deberían ser un problema, pues usualmente no contienen ningún ingrediente de origen animal. Sin embargo, quédate atento a los suplementos encapsulados, pues pueden contener gelatinas.
Nuestra conclusión
Los microorganismos que habitan nuestro intestino son importantes aliados para la salud. Si padeces de diarreas constantes, estreñimiento o malestar gastrointestinal, los probióticos podrían ser el alivio que has estado buscando.
No olvides acudir a tu médico primero para que te evalúe y determine si necesitas usar probióticos. Cuando ya lo hayas hecho, escoge un producto que sea de alta calidad para así asegurarte de que haga el efecto deseado.
Los probióticos han llegado para quedarse y sus propiedades parecen ser muchas más de las esperadas. No olvides compartir nuestro artículo y dejarnos tu opinión.