¿La falta de vitamina D engorda?

Hasta el día de hoy algunas personas todavía creen que tomar vitaminas engorda y, aunque esto no es así, el estudio de la relación entre estos nutrientes y el peso corporal continúa ocupando a los investigadores. Existe una hipótesis que ha tomado fuerza en la última década: ¿la falta de vitamina D engorda?

Aún no se sabe si la obesidad disminuye la síntesis de vitamina D o, al revés, si una persona puede engordar por falta de vitamina D. Tras investigar este tema han surgido interesantes asociaciones entre la vitamina D, el peso corporal y la salud metabólica. Te invitamos a explorarlas a lo largo de este artículo.

Puntos clave

  • La deficiencia de vitamina D es frecuente en niños, adolescentes y adultos que sufren obesidad. Este hecho impulsó diversas investigaciones para confirmar o refutar la hipótesis de que la falta de vitamina D engorda.
  • Aunque la relación entre la vitamina D y la obesidad es poco clara, es importante examinar los valores de esta vitamina en sangre en cualquier persona obesa.
  • Si la obesidad se presenta junto con una deficiencia de vitamina D, es fundamental aumentar la ingesta de alimentos ricos en dicho nutriente, exponerse prudentemente al sol y, si el médico lo indica, tomar suplementos de vitamina D.

La falta de vitamina D engorda: ¿Qué dice la ciencia?

Aún no se ha esclarecido el vínculo de la vitamina D con la obesidad y el síndrome metabólico. Sin embargo, no existen dudas de que, en las personas obesas, se debe vigilar el estado de esta vitamina y, ante una carencia, suplementarla. En la siguiente tabla, se reflejan las hipótesis actuales sobre la vitamina D como causa o consecuencia de la obesidad.

Falta de vitamina D como causa de la obesidad Falta de vitamina D como consecuencia de la obesidad
  • La deficiencia de vitamina D se relaciona con resistencia a la insulina, una condición que estimula el aumento de peso y dificulta la pérdida de peso.
  • La falta de vitamina D se asocia con un aumento de la inflamación crónica. Un estado inflamatorio es uno de los mecanismos que interviene en la obesidad. 
  • Es posible que en individuos obesos se produzca una dilución volumétrica de vitamina D. Esto significa que la cantidad de vitamina D que se sintetiza en la piel (por la acción solar) y que se obtiene de los alimentos no es suficiente para el organismo debido al exceso de peso corporal.
  • El tejido adiposo (grasa de reserva) podría secuestrar a la vitamina D y ocasionar que los niveles sanguíneos de dicho nutriente sean inferiores a lo normal.
  • La menor exposición al sol y una dieta pobre en vitamina D podrían ser los responsables de la deficiencia de dicha vitamina en casos de obesidad.
  • La obesidad puede disminuir la actividad de una enzima hepática que interviene en la primera activación de la vitamina D.
  • Si la obesidad coexiste con insuficiencia renal crónica, la activación final de la vitamina D en el riñón puede estar afectada y esto produce una deficiencia. 

¿Por qué la falta de vitamina D engorda? 

Hasta el momento, la deficiencia de vitamina D ha sido vinculada con dos mecanismos que pueden favorecer el aumento de peso y de grasa corporal que caracterizan a la obesidad:

  • Resistencia a la insulina: se produce porque la insulina no puede unirse correctamente a las células para permitir el ingreso de la glucosa. Como consecuencia, se acumula glucosa en sangre y el páncreas produce más insulina, pero, a largo plazo, este círculo vicioso daña a las células beta del páncreas y se desarrolla la diabetes (1).
    Varios estudios hallaron que la deficiencia de vitamina D se relaciona con insulinorresistencia. Lo que muchos desconocen acerca de esta condición es que debido al exceso de insulina se estimula la síntesis de grasas y la conversión de glucosa en grasa para su almacenamiento (1, 2).
  • Aumento de la inflamación crónica: todavía no sabemos si la obesidad causa inflamación o si un estado proinflamatorio favorece la obesidad. Sin embargo, la falta de vitamina D genera un incremento de la inflamación crónica y podría predisponer a sufrir obesidad (2).
La deficiencia de vitamina D es frecuente en niños, adolescentes y adultos que sufren obesidad. (Fuente: People: 0vk5u6_0z7e/ Unsplash.com)

¿Es posible que la deficiencia de vitamina D sea una consecuencia de la obesidad? 

Otras hipótesis sitúan a la falta de vitamina D (hipovitaminosis D) como una consecuencia de la obesidad. Los mecanismos mediante los cuales la obesidad podría producir una falta de vitamina D son:

La dilución volumétrica de la vitamina D

Esta teoría explica que los sujetos obesos obtienen la misma cantidad de vitamina D mediante la síntesis cutánea y los alimentos que las personas con peso normal, pero la cantidad de vitamina D se diluye en el organismo. Debido a que en la obesidad el volumen corporal es mayor, la concentración de 25 hidroxivitamina D es menor en personas obesas que en aquellas con normopeso (3).

El tejido adiposo «secuestra» a la vitamina D

Algunos autores afirman que, al ser la vitamina D liposoluble (soluble en grasa), gran parte de dicha vitamina permanece «secuestrada» en el tejido adiposo de los individuos obesos y solo una baja proporción pasa a la sangre. Al evaluar el nivel de vitamina D en sangre, los valores se encuentran por debajo de lo normal (3, 4).

Las personas obesas se exponen poco al sol

Algunos investigadores afirman que quienes sufren de obesidad participan menos en actividades al aire libre y se visten con ropa que cubre la mayor parte de su cuerpo y, por ello, su exposición al sol es menor. Como resultado, se produce poca vitamina D en la piel (3, 4).

Sin embargo, otros autores postulan que la exposición solar y la síntesis de vitamina D en la piel no varía demasiado entre las personas obesas y aquellas con un peso saludable. En realidad, la mayor caída en la producción de vitamina D en la piel se produce durante los meses invernales, se sufra de obesidad o no (3).

De ninguna manera se debe prescindir por completo del protector solar ni prolongar la exposición al sol con el fin de aumentar la síntesis de vitamina D en la piel. (Fuente: Batechenkov: 106068049/ 123rf.com)

La dieta de individuos obesos es pobre en vitamina D

Esto es poco probable debido a que los alimentos con vitamina D son escasos (pescados, mariscos, hígado de bacalao) y la mayor parte de la población depende de la luz solar para satisfacer sus requerimientos. Además, las personas obesas suelen consumir jugos, cereales y leches fortificados con vitamina D (3).

La obesidad puede causar problemas en la activación de la vitamina D

La luz solar estimula la formación de vitamina D en la piel, pero se trata de una forma inactiva. La activación de la vitamina D ocurre en el hígado y el riñón. La obesidad puede causar daños en la actividad hepática y renal y comprometer la transformación de esta vitamina en su forma activa (4, 5, 6).

¿Es obligatorio suplementar la vitamina D en casos de obesidad?

No es obligatorio, pero sí es importante vigilar el estado de la vitamina D (25(OH)D) en personas obesas. Al detectar niveles bajos de vitamina D en sangre, se recomienda suplementarla con dosis iniciales de 6000 a 9000 UI (unidades internacionales) al día. En fase de mantenimiento, se recomienda de 3000 a 6000 UI diarias (2).

Un suplemento de vitamina D se puede presentar en forma de comprimido, cápsula blanda, golosina, spray o gotas. La mayoría de ellos contienen vitamina D3, llamada colecalciferol, porque posee mayor asimilación que la vitamina D2 (ergocalciferol). Los suplementos de aceite de hígado de bacalao son una buena fuente de vitamina D.

La vitamina D liposomal, que se comercializa como gotas o cápsulas, constituye la mejor opción para suplementar dicho nutriente, ya que posee una elevada biodisponibilidad. La vitamina D se integra dentro de pequeñas partículas llamadas liposomas, que la protegen de los jugos digestivos y permiten que se absorba fácilmente (7).

La vitamina D liposomal, que se comercializa como gotas o cápsulas, constituye la mejor opción para suplementar dicho nutriente, ya que posee una elevada biodisponibilidad. (Fuente: Guillem: 102077414/ 123rf.com)

¿Qué papel cumplen la dieta y la exposición solar en el dúo vitamina D-obesidad? 

Las personas obesas, al igual que aquellas con peso normal, deben exponerse al sol durante 15 a 20 minutos diarios, tres veces por semana, entre las 10 y las 16 horas. El protector solar reduce drásticamente la producción cutánea de vitamina D, por lo que la piel de los brazos y las piernas debería estar libre de este producto durante ese breve período de tiempo (8, 9).

De ninguna manera se debe prescindir por completo del protector solar ni prolongar la exposición al sol con el fin de aumentar la síntesis de vitamina D en la piel. Con respecto a la dieta, los pescados azules (arenque, sardina, salmón), el hígado de bacalao, la seta shiitake y la leche fortificada son las mejores fuentes de vitamina D (8).

Obtener suficiente vitamina D, entre 400 y 600 UI (unidades internacionales) al día, no solo es importante en casos de obesidad, sino que es esencial para mantener la salud ósea y la inmunidad. Valores inferiores a 30 ng/ml de 25(OH)D (25 hidroxivitamina D) en sangre reflejan una deficiencia y, en tal situación, se recomiendan los suplementos (8).


Nuestras conclusiones 

A pesar de que los investigadores han hallado numerosas asociaciones entre la vitamina D y la obesidad, todavía no resulta claro si la falta de vitamina D engorda o si dicha carencia es producida como una consecuencia del exceso de peso y de grasa corporal. Lo que sí sabemos es que es fundamental monitorear el nivel de vitamina D en sangre.

Debido a que la falta de vitamina D se relaciona con resistencia a la insulina e inflamación, suplementar esta vitamina es clave para mejorar la salud metabólica en casos de obesidad. Los suplementos de vitamina D liposomal son muy recomendables dada su elevada asimilación, pero existen diversos productos para reforzar la ingesta de este micronutriente.

¿Conocías la fuerte asociación entre la deficiencia de vitamina D y la obesidad? Por favor, déjanos un comentario y no te olvides de compartir este artículo.

(Fuente de la imagen destacada: Rostislavsedlacek: 28937800/ 123rf.com)

Referencias(9)

  1. Szymczak-Pajor I, Śliwińska A. Analysis of Association between Vitamin D Deficiency and Insulin Resistance. 2019.
  2. Migliaccio S et al. Obesity and hypovitaminosis D: causality or casualty? 2019.
  3. Vranic L, Milić S. Mikolašević I, Vitamin D Deficiency: Consequence or Cause of Obesity? 2019.
  4. Vanlint S. Vitamin D and Obesity. 2013.
  5. Roizen J et al. Obesity Decreases Hepatic 25‐Hydroxylase Activity Causing Low Serum 25‐Hydroxyvitamin D. 2019.
  6. Franca Gois P, Wolley M, Ranganathan D, Seguro A. Vitamin D Deficiency in Chronic Kidney Disease: Recent Evidence and Controversies. 2018.
  7. Glowka E, Stasiak J, Lulek J. Drug Delivery Systems for Vitamin D Supplementation and Therapy. 2019.
  8. Gallagher M. Los nutrientes y su metabolismo. En: Mahan L, Escott-Stump S. Krause. Dietoterapia (Edición 12). 2008. Elsevier Masson.
  9. Ensayo clínico. Lee Y, Kim S, Lee D. Can Current Recommendations on Sun Exposure Sufficiently Increase Serum Vitamin D Level?: One-Month Randomized Clinical Trial. 2020.

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Artículo científico
Szymczak-Pajor I, Śliwińska A. Analysis of Association between Vitamin D Deficiency and Insulin Resistance. 2019.
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Artículo científico
Migliaccio S et al. Obesity and hypovitaminosis D: causality or casualty? 2019.
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Artículo científico
Glowka E, Stasiak J, Lulek J. Drug Delivery Systems for Vitamin D Supplementation and Therapy. 2019.
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Libro
Gallagher M. Los nutrientes y su metabolismo. En: Mahan L, Escott-Stump S. Krause. Dietoterapia (Edición 12). 2008. Elsevier Masson.
Ensayo clínico
Ensayo clínico. Lee Y, Kim S, Lee D. Can Current Recommendations on Sun Exposure Sufficiently Increase Serum Vitamin D Level?: One-Month Randomized Clinical Trial. 2020.
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